sábado, 24 de diciembre de 2011

el viejo

En las mañanas de fin de año me levanto, pongo música, me distraigo, leo un poco, fumo y cuando fumo miro por la ventana, no voy a mentir con deseos de encontrar algo  interesante por ahí tirado en el piso o ver a algún conocido pasar por la acera, no hay muchas complicaciones el sol retumba suavemente por el vidrio transparente y mientras las bocanadas pasan por mi garganta veo al viejo de enfrente, hoy pensé en lo triste y desolado que se debe sentir, hace mucho tuvo un taller de mecánica, pero ya no puede caminar bien creo que hoy mas que cualquier otro día me sentí apenado por su vida, a pesar de que en el fondo y en la realidad  no importa lo que piense el ya esta viejo y perdido.

Cuando él era un poco mas joven y yo era un simple niño que miraba por el portón de la casa lo que en las aceras pasaba y mientras mi mama desde el balcón hacia jardinería con las matas de la fachada, el tenia su taller de mecánica directamente enfrente de la calle y siempre estaba lleno y tenia gente le ayudaba y todo el día había trabajo el taller estaba acreditado por el distrito, tenían en el taller un teléfono de monedas rojo que siempre timbraba tan fuerte que en mi casa sabias cuando alguien les llamaba, recuerdo con sentara irritabilidad por que después en mi casa tendríamos un teléfono que sonaba exactamente igual. El hombre por que en ese entonces no era tan viejo tenia una esposa algo gorda de nombre Omaira, como la niña omaria la que se murió enterrada en el fango que escupió el Ruiz, un día volvíamos de la casa en pachaquiaro (nombre de un ave del oriente colombiano) de noche y con el frío tradicional de esta ciudad cuando vimos sobre la puerta de nuestro vecino una nota de esas que ponen en las iglesias con la fecha de la misa en honor a Omaira como se sentiría el viejo al ver morir a su esposa al tener que llevarla a la tumba, las cosas no terminaron ahí por que a su hija el marido la dejo y quedaron el viejo viudo, su hija abandonada y Paco, fiel hincha de santa Fe que por lo demás no tiene nada particular, un par de veces él, Paco,  bebió en mi casa con trucha, con Andrea,  Omar mas o menos en fechas como estas, luego de eso el taller no volvió a estar tan lleno como en otras épocas mientras mis piernas se alargaban y la espalda me crecía.

Un día el taller lo arrendaron y se convirtió en bodega, después en un aguacero, que término cancelando rock al parque, cayo tanto granizo que las tejas del taller se rompieron. siempre que miro por el balcón de la casa o cuando estoy fumando lo veo, al pobre viejo, solo y ahora con un bastón por que ya no puede caminar bien, vacio, triste mirando sus viejas manos y recordando gloriosos días en los que esas manos respaldaban la fuerza de sobrevivir a este mundo; ahora muchas personas lo saludan pero pocos son amigos que le visiten, los dueños de un nuevo taller mucho menos fructífero, casi no le permiten opinar sobre los problemas de los carros y Tarzan el perro pulgoso de taller que mira con ojos de sabiduría los días, ahora ya ni lo dejan quedar dentro de la casa se la pasa como el viejo sentado en la puerta o en el anden mirando los días pocos o muchos de la vida que le quedan. no lo veo sonreír desde hace muchos años, hoy es navidad y me levante a escuchar música y fumar, lo vi por la venta y pensé triste, terminar tus días solo un día de navidad y comprendí que yo mientras fumaba y lo veía tan bien estaba solo.

Menos mal me llamas té, por que así vi que vos eres como un armónico de mi guitarra y que con vos o con ella por ahora o por siempre en este o en otro mundo estaremos juntos.

1 comentario:

  1. sabes, de niña tuve un amigo, el señor tomas, don tomas, con tantas arrugas, su casa quedaba detras de donde viviamos y él me regalaba juguetes que encontraba por ahí. llore su muerte segura muchos años depues de que pasara realmente, alguna ves te contare esa historia. cuando lei el viejo y el mar senti que ese viejo era como don tomas y he llorado tanto esas manos que traian juguetes cuando era una niña, he llorado mi infancia perdida para siempre. tu narración es tan bella, tan verdadera. gracias. te amo

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quiero

Quiero te quiero silencio

Por que como vienes vas,

Dejando al pasar una huella fugaz.

Quiero te quiero viento

Recorriendo las calles en silencio

Con el mas viejo compas.

No me preguntes más

Si quiero salir a caminar

Por que quiero pasear en tu memoria

De aquí para allá.

Puntos sobre las íes

Punto final, todos vamos caminando

Al ritmo y al compas.

Desierto

Desierto

eu

eu