No se en que mundo vivo, ni entiendo de donde o como surge, mas son mis preguntas sobre el mundo que las que le mundo se hace sobre mi, supongo que por mi pertinencia como ser humano estoy intrínsecamente atrapado y consumido por preguntas estúpidas fruto de análisis casi diario de una vida cotidiana. Es así como surgen los deseos, vanos, vacuos y vacios las paredes del mundo cada día se caen y las paredes de los argumentos que un día tan altas se veían desde el piso, ahora, cada vez que entre comillas crezco caen y vuelven a caer. Mis miradas del mundo aunque limitadas buscan entender esa vertical línea que se atraviesa desde la mano invisible del poder hasta la mano, ahora si muy visible, que se toma el trabajo de quemar energía mientras escribo esto.
Es así como se desarrollan y desenvuelven arduas y des-gastadoras luchas llevadas acabo por nuestros valientes y comprometidos camaradas que sin darse, ni dar cuenta de lo que sucede, reproducen sin mayor problema las paredes argumentativas de él, poder aquel que dulce y abrigadoramente los cobija de igualdad, o de libertad, o de posibilidades, o de obligaciones, o de condiciones materiales para una reproducción que no tiene mucho sentido. De ahí en adelante somos una oligarquía del proletariado perteneciente a la facultad de Oximórica, contradictoria en si misma, vulnerable a las manos despiadadas de los que ciegamente devoran su entorno. Un tiempo detenido en el espacio, eso somos para ellos estáticos puntos quietos en el universo que no convergen en la necesidad de otros mundo y vidas posibles, en los que habitar mano a mano con la gente del agua o del bosque y por que no de la urbanística maya de nuestros días no es posible. Me alegra llegar en este corto argumento a decir que no es así, pese a que él o ellos nos consideran una masa lánguida de palabras insulsas e incultas de una manada de hippies tirados en una plaza, somos mundos con preguntas pertinentes o no, mundos con posibilidades mayores que las de simplemente pertenecer. Si caminar es conocer, como me van a decir que somos tiempos detenidos en el espacio, a mi que no me metan los dedos en la boca, el mundo lo hacemos nosotros, los que por algún otro nos han llamado “don nadie”, el mundo es nuestro de los feos por que somos mas, de los diablos por que mas hacemos por el mundo que el supositorio de dios, de los derrotados, de los desesperados y desesperanzados que llenan las calles, los barrios, los guetos, los campos, los bosques, los salones, las casas y de mas. Seres humanos con ganas de salir volando por que en la dictadura del proletaria son jerarquitas de primera mano.
Es así como se desarrollan y desenvuelven arduas y des-gastadoras luchas llevadas acabo por nuestros valientes y comprometidos camaradas que sin darse, ni dar cuenta de lo que sucede, reproducen sin mayor problema las paredes argumentativas de él, poder aquel que dulce y abrigadoramente los cobija de igualdad, o de libertad, o de posibilidades, o de obligaciones, o de condiciones materiales para una reproducción que no tiene mucho sentido. De ahí en adelante somos una oligarquía del proletariado perteneciente a la facultad de Oximórica, contradictoria en si misma, vulnerable a las manos despiadadas de los que ciegamente devoran su entorno. Un tiempo detenido en el espacio, eso somos para ellos estáticos puntos quietos en el universo que no convergen en la necesidad de otros mundo y vidas posibles, en los que habitar mano a mano con la gente del agua o del bosque y por que no de la urbanística maya de nuestros días no es posible. Me alegra llegar en este corto argumento a decir que no es así, pese a que él o ellos nos consideran una masa lánguida de palabras insulsas e incultas de una manada de hippies tirados en una plaza, somos mundos con preguntas pertinentes o no, mundos con posibilidades mayores que las de simplemente pertenecer. Si caminar es conocer, como me van a decir que somos tiempos detenidos en el espacio, a mi que no me metan los dedos en la boca, el mundo lo hacemos nosotros, los que por algún otro nos han llamado “don nadie”, el mundo es nuestro de los feos por que somos mas, de los diablos por que mas hacemos por el mundo que el supositorio de dios, de los derrotados, de los desesperados y desesperanzados que llenan las calles, los barrios, los guetos, los campos, los bosques, los salones, las casas y de mas. Seres humanos con ganas de salir volando por que en la dictadura del proletaria son jerarquitas de primera mano.
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