miércoles, 10 de abril de 2013

Aunque no tenga tetas


Manos atadas, son las que tengo después de meses de sacrificios, tengo las manos atadas con la cuerda que te regale para salir del pozo, tu no lo pensaste pero cuando me mordiste los labios bebiste de mi sangre, ahora espero cortar la cuerda y salir a buscarte, muchos me dicen que eso es perder mi tiempo.

Opciones no tengo mi corazón quedo mordido también y pues ahora me toca derramar en mis manos tu sangre tibia, por ahora pienso en lo importante soltarme el nudo de las manos, soltarme de tus brazos y poder respirar, ¡no!, ¡lejos no!, mejor a tu lado y que sientas mi respiración y no la puedas evitar, no la quieras evitar, no tengas mas opción que besar y besar y besar hasta que muerdas mi paladar en ese momento el emblema de mi boca será comerme tu boca y después comerme tu piel, tu cuerpo, tu ausencia y desesperada presencia  para ver si así si se me quita el hambre de ñero que tengo.

Recuerdo que pase toda la tarde en el parque de Chapultepec caminando después de que te bese y discutimos, después de que te abrase y me soltaste, en ese momento patine en el piso y camine y salte el pequeño murito lejos de ti lejos, de mi. Y alquile una bicicleta y ella me ayudo tanto a pensar, te tenia tan dentro de mi que estornude una piedra preciosa, supongo que de la alergia que tengo a amarte. Fui como buscando algo mas y me encontré con las hippies de la calle esa gigante que no me acuerdo como se llama y les pregunte por el pasaje de los hippies y monte en la bici por el paseo reforma mas allá del ángel de la independencia por el paseo Benito Juárez y enfrente de bellas artes y por eje central hasta la calle Uruguay o Paraguay ya no recuerdo bien, me encontré con una chavo con un cajón que me acompaño al pasaje hippie me regalo un par de tabacos y vivía por ahí por donde vives tu, en esta ciudad gigante. Compre las pendejadas y volvía a montar. La garganta me ardía y compre pastillas como la mebucaina y se me dormía la lengua y la garganta y yo como buen pendejo pase hasta el lugar donde te deje, a ver si ahí seguías haber si contigo me torpedeaba las pestañas.

Claro que no estabas, mas pendejo yo que se supone te buscaba, entregue la bici tome mi pasaporte camine como cualquier día, comí un par de tacos y  espere, luego te llame y no contestaste, luego te llame y te llame y te llame y no me diste respuesta, yo dormí hasta que el policía me despertó y te volví a llamar, respondiste –bueno-  y me dijiste que no querías saber nada de mi, hasta mas allá del presente, y yo bien mal herido subí al metro a dormir y en el mismo lugar que nos vio decir adiós nos encontramos, yo recuerdo que te regale unos aretes bolivianos y la piedra que tu alergia me saco, tu me dijiste del buen bar bohemio al que  te gusta ir.

 De tus lagrimas vi caer mi meta del día a día que me llevo por el camino del azul y el rosado que veía en la playa de Puerto Escondido, mientras me enamoraba de las olas y pedía a la luna te abrazara por mi, desde ahí tengo esta soga que ahora rompo, haber si logro que tus lagrimas no se  condensen en este silencio que me esta matando lenta y sigilosamente

Hoy mas que nunca me duele cuando Di me pregunta -¿cómo hace para olvidar tan rápido?- Y yo le respondo que aun no puedo, que -me muerdo una teta por verte aunque no tenga tetas-

Hummmmmm!


Un silencio importante, de esos que nadie se atrevía a romperlo, fue el que en ese momento, mientras la sangre aun se derramaba bajo la luna aun visible entre densas nubes, rompió el inspector Bonilla con la cara seca como inherente a su profesión. Miro con calma el cuerpo que  se tendía al abrigo de la noche en la mitad de una acera del barrio la Palestina, las llamas aun vivían en los recodos de las esquinas y mientras el inspector Bonilla con cara de desolación buscaba junto con otros policías pistas de lo que pudo haber pasado, llego la noticia de que habían encontrado mi bicicleta en un deshuesadero  a las afueras de la ciudad, esa noche el inspector fue a su casa y durmió con la tranquilidad que precede la calma; mientras yo buscaba mi bicicleta en el deshuesadero. 

en momentos de


tengo en mis manos palabras
dispuestas y discretas a decirte
cosas que no salen de mi boca
espacios que no puedo recorrer
pies que no pueden caminar
dale que nos vamos a fumar
el uno al otro en el espejo
a decirnos tequiero con los ojos
bien cerrados, bien callados
por qué no se cuanto tequiero
para ver si estamos en el mismo vuelo
a ver si estamos en el mismo sueño
o sera que nos comieron los versos
esos de los que nos solemos
alimentar en momentos de

miércoles, 30 de enero de 2013

SHHH

Le tengo miedo al regreso de las tierras de Huitzilopochtli, creo que tengo mucho odio por dentro y no lo puedo sacar ni se como sacarlo tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida, como diría Gardel, quería tanto poder morderte la teta mas grande y lo hice te la mordí y aun así no fui feliz, estoy harto, harto de los círculos Karmaticos de los que no puedo salir, que repito una y otra vez mientras peregrino, odio el mundo porque creo en otros mundo y el que me pertenece y al que pertenezco apesta como el d.f. Quiero romper la ola mas poderosa y comer de ese cielo azul y rosa en el que la luna parecía una musa de Omero para inmortalizar a Aquiles y quiero eso una musa y un poeta para que me vuelvan inmortal, a claro y una mosa para que me tatúe muchas estrellas en la parte mas vieja de la espalda.


quiero

Quiero te quiero silencio

Por que como vienes vas,

Dejando al pasar una huella fugaz.

Quiero te quiero viento

Recorriendo las calles en silencio

Con el mas viejo compas.

No me preguntes más

Si quiero salir a caminar

Por que quiero pasear en tu memoria

De aquí para allá.

Puntos sobre las íes

Punto final, todos vamos caminando

Al ritmo y al compas.

Desierto

Desierto

eu

eu