Que difícil cuando estas sentado y no puedes escribir, las manos te tiemblan, sientes ese escalofrío que recorre tu cuerpo en silencio y llena hasta el mas mínimo espacio en tu cuerpo, solamente para recordarte que estas vivo; no seria demasiado simple. Se que llevo varios días de luna llena en busca de un lugar al cual pertenecer, pero lo que reina es la soledad que, entre los ronroneos de los gatos, se escuchan latir sin cesar en sus corazones. Ahora corro como siempre no tengo el valor de soportar la infernal música de la soledad y siempre me refugio en esa descarga neuronal que llamamos cobardía, y los pelos del brazo se erizan por completo. Estoy perdido, simplemente me ahogo en un mar de naipes y mas naipes que nunca están al derecho, nunca están al revés, solo hay frío y miedo donde antes habitaban mis placidos vacios.
Salgo a caminar por la ciudad, los edificios se caen al compás de mis pasos, no me atrevería a desaparecer si solo con tu mirada no me hubiera encontrado en ese ocaso, seré sincero y no mentiré juro que no mentiré. Las calles se encogían y mi temor crecía y mis manos no me respondían, la lluvia y el frío carcomían mis pies y de repente el sol salió. Esto no es de extrañar en esta ciudad donde la casualidad reina a la luz de la luna llena y nadie que allá pisado estas tierras podrá evitar los encuentros con la casualidad; fue así como en ese inusual ocaso dejaste caer tu manzana cuesta abajo, yo me la encontré y camine como un perro olfateando tu sabor por las calles encogidas. Mas adelante sobre el puente que deja ver la avenida principal y algunas casas que se alejan en perspectiva, vi la puesta del sol que haciendo uso de las nubes dibujaba un barco de dos colores. Tu voz apareció entre mis oídos y todo se congelo mientras de mi mano tomabas la manzana, corrimos por las calles y mi cuerpo pareció respirar un aire mas fresco; cada vez mas aire entraba en mis pulmones, cada vez mas y mas aire fresco para respirar y de pronto fue noche y la luz de la luna salió, ella desapareció con el primer rayo de luz.
Instantáneamente llovió y de nuevo me perdí en un mar ensordecedor, camine a casa tapando mis oídos y pensando en voz alta para que todos me escucharan. ¡A que vida, que vida esta¡ llena de acertijos y tu en el medio con un anillo dibujado en el pecho, los colores llegan y se van, pero tu jamás me abandonaras, verdad cordura mía, no me dejaras en el mar de la libertad. Maldita, maldita sonrisa que recorre nuestros días, créanme cuando les digo que realmente quiero sonreír, quiero salir de esta vasija que no deja a mis pies sentir, y tomar la ventana y salir volando como en un expreso hacia ti. Y tal vez junto a ti las llamas que en el campo destilamos de miles de palabras y cantos sirvan para dar vida a mis días.
¡Lo se! Se muy bien que esto es una trampa, me engañó y me engañan para seguir aquí atado a mi soledad, para que no pueda salir volando, para que no pueda tomar mis propias armas, eso es lo que quieren que siga atado de manos, pero yo tengo la llave que me libra de este despiadado karma, tengo la llave en mis manos y se que nadie me podrá despojar de mi poder para despertar. Ahora que se la verdad nadie me evitara salir a la calle a gritar que este sentimiento de culpa no es verdad, esa sensación en la que muchos se regocijan, es la maldita jaula que han puesto sobre sus ojos para que así no puedas despertar y te hundas cada vez mas en un mar de naipes, que, no esta.
domingo, 28 de noviembre de 2010
jueves, 18 de noviembre de 2010
dÏa
Violetas secas dibujadas
En la silueta densa de tu mirada
Todo alrededor caía
Solo tu cuerpo seguía,
la mano y el pincel de mis días.
Hoy se esfuman ligeras
Las palabras de la vida
Caen los espíritus a los cuerpos
Que ya no gozan de alegría
Triste día cuando el sol caía
Tu sombra se me perdía
Todo parecía llover del cielo,
Mientras me rompía
Día a día
Todo el día
Me perdía
En lo que parece
Ya no es vida.
En la silueta densa de tu mirada
Todo alrededor caía
Solo tu cuerpo seguía,
la mano y el pincel de mis días.
Hoy se esfuman ligeras
Las palabras de la vida
Caen los espíritus a los cuerpos
Que ya no gozan de alegría
Triste día cuando el sol caía
Tu sombra se me perdía
Todo parecía llover del cielo,
Mientras me rompía
Día a día
Todo el día
Me perdía
En lo que parece
Ya no es vida.
jueves, 4 de noviembre de 2010
Hortalizas destiladas
Hortalizas destiladas,
En la aurora sitiadas palabras,
Ojos y brumas
En ciudades amuralladas, en llamas.
Cándidas miradas cantan a pandora
Son las cuatro treinta cuatro
A luz de luna de mayo,
Mas, yo, ya no canto, tengo la mente en blanco.
Sollozando en los jardines decanto, decanto.
Solamente un refugio de silencio
Tengo amarrado al pecho.
Los nudos analfabetos develan
Los pasadizos de tu pelo.
Mientras me desvelo,
Pierdo el cuerpo, pierdo el tiempo.
Son las diez de la mañana
Entre las lúgubres campanas
Solo faltan dos miradas
Y las sínicas palaras.
En la aurora sitiadas palabras,
Ojos y brumas
En ciudades amuralladas, en llamas.
Cándidas miradas cantan a pandora
Son las cuatro treinta cuatro
A luz de luna de mayo,
Mas, yo, ya no canto, tengo la mente en blanco.
Sollozando en los jardines decanto, decanto.
Solamente un refugio de silencio
Tengo amarrado al pecho.
Los nudos analfabetos develan
Los pasadizos de tu pelo.
Mientras me desvelo,
Pierdo el cuerpo, pierdo el tiempo.
Son las diez de la mañana
Entre las lúgubres campanas
Solo faltan dos miradas
Y las sínicas palaras.
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quiero
Quiero te quiero silencio
Por que como vienes vas,
Dejando al pasar una huella fugaz.
Quiero te quiero viento
Recorriendo las calles en silencio
Con el mas viejo compas.
No me preguntes más
Si quiero salir a caminar
Por que quiero pasear en tu memoria
De aquí para allá.
Puntos sobre las íes
Punto final, todos vamos caminando
Al ritmo y al compas.
Desierto
eu
